El desarrollo emocional es un tema que está ganando popularidad a medida que los investigadores, los profesionales del desarrollo infantil y los padres están prestando cada vez más atención a su impacto en el bienestar de los niños y el éxito futuro en todas las áreas de la vida. El Centro Para el Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard publicó un informe destacando que los primeros 5 años de la vida de un niño son cruciales para su desarrollo emocional, ¡que comienza justo al nacer!
¿Los bebés nacen con emociones?
¡Sí!
Es difícil saber con certeza qué está sintiendo exactamente tu bebé, simplemente porque no puede explicarlo. No obstante, los investigadores han utilizado la observación y la interpretación para estudiar las emociones infantiles y la mayoría está de acuerdo en que los bebés nacen con las emociones básicas de placer y angustia, pero no tienen una comprensión de estas. Las emociones variadas y la comprensión de lo que significan evolucionan a medida que la memoria del niño y las habilidades cognitivas se desarrollan y sus experiencias se vuelven más complejas.
¿Cómo evoluciona la emoción durante el primer año de su bebé?
Al igual que en otras áreas del desarrollo, las emociones de los bebés pueden no seguir un cronograma de desarrollo exacto. El desarrollo emocional también puede parecer más intenso o moderado, dependiendo del temperamento de tu bebé o si vive en un ambiente estimulante o estresante.
Durante los primeros 6 meses, tu bebé expresará su emoción basándose en cómo se siente en el momento, sin entender por qué. Al principio sus emociones son simples: placer y disgusto. Cuando esté contento puede manifestarlo con un arrullo o suspiro; cuando oye tu voz, puede expresar su aprobación agitando sus brazos y respirando agitadamente. Si tiene un pañal mojado o se siente frío, cansado o hambriento, llorará. Su rostro reflejará su estado de ánimo a través de movimientos de la boca, cejas y frente.
A los 3 meses, estará sonriendo, mostrando placer como respuesta a ti o a sus juguetes. A los 4 meses sus demostraciones de emociones positivas y negativas se intensifican cuando comienza a reír o llorar en respuesta a tus acciones (al hacerle cosquillas se ríe y si dejas de jugar con él, llora).
A medida que se acerca a los 6 meses, su estado de ánimo se volverá más volátil, saltando de placer a disgusto de un minuto a otro.
A los 7 meses se produce un salto en el desarrollo cognitivo y esto genera un cambio: el bebé se da cuenta, por primera vez, que es un ser independiente separado de ti y como consecuencia se produce una nueva emoción: el miedo. Esto lo puede llevar a expresar miedo por la presencia de extraños, o cuando está lejos de ti o de sus otros cuidadores. Y ahí surge otra nueva emoción: el enojo. Hasta ahora, si parecía enojado, era simplemente una expresión de incomodidad sin significado detrás de ella. Ahora que comprende la causa y el efecto, aprende que el enfado puede ser útil: si deja caer un juguete y tú no lo recoges, él se enoja y como resultado tú responderás.
También aparece el concepto de «referencia social», que es la habilidad de reconocer las emociones de los demás y reaccionar conscientemente a ellas. Por ejemplo, si tu bebé ve algo en el piso que le interesa, mira primero la expresión de tu cara para evaluar si está bien tocarlo o no. O si te ve riendo puede que comience a reírse también.
Entre los 811 meses la conciencia de tu bebé y su capacidad de expresar emociones aumentará. Se volverá más sensible a la aprobación y la desaprobación de los demás, incluso se sentirá culpable si hace algo que se supone que no debe hacer. La ansiedad por separación generalmente alcanza picos en este momento, y puede permanecer presente durante los próximos meses.
A los 12 meses el desarrollo emocional de tu bebé entra en una nueva fase, ya que su lenguaje expresivo comienza a incorporar palabras verdaderas y puede nombrar cómo se siente.
¿Cómo apoyar el desarrollo emocional de tu bebé?
La evolución de las emociones es el resultado de una compleja interacción de temperamento, desarrollo cognitivo y experiencias directas. En esta última área es donde tu juegas un papel importante.
Según el informe mencionado anteriormente, «el desarrollo emocional se integra en la arquitectura del cerebro de los niños pequeños en respuesta a sus experiencias personales individuales y a las influencias de los ambientes en los que viven».
Esto significa que construir un vínculo saludable, responder a los esfuerzos de tu bebé por interactuar, y tener conversaciones con él (mucho antes de su primera palabra), son todas formas cruciales de enseñarle sobre la expresión e interpretación de las emociones.
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